La Junta Directiva de Argentores se expresó a través
de las redes sociales en reclamo de una regulación para las plataformas
extranjeras.
EL MENSAJE
Muchas plataformas extranjeras que brindan servicios,
tanto de video como de audio, en nuestro país, desconocen las leyes nacionales,
entre ellas, el derecho de autor.
La excusa que esgrimen es que, al no tener domicilio
legal en la Argentina, no están obligadas a cumplir con sus leyes y siguen
moviéndose en un limbo legal que pretenden eternizar porque resulta muy
conveniente a sus intereses. Subidos al carro de lo que ellos llaman -
engañosamente – “libertad sin fronteras”, rechazan cualquier clase de regulación
por parte del Estado que implique una pérdida de beneficios económicos.
A raíz de esta falta de regulación, son muchos los
creadores y creadoras que no reciben pago alguno de estas plataformas por la
comunicación pública de sus obras.
Así, injustamente, estas empresas internacionales
multimillonarias, con miles de usuarios premium que les permiten remitir a sus
países de origen ganancias fenomenales contadas en millones de dólares anuales
se nutren, gratis, de los contenidos de nuestros creadores y creadoras,
empobreciéndolos, apropiándose indebidamente de su trabajo y obturando la
posibilidad de que se fortalezca la industria nacional audiovisual.
Consideramos que el Estado debe tomar como política
pública la defensa de las obras argentinas y sus creadores, haciendo cumplir
las leyes nacionales a las plataformas extranjeras, a las que debe exigirles
tener domicilio en el país.
Se hace fundamental propiciar nuevas leyes y marcos
regulatorios que permitan desarrollar, fomentar y proteger la industria local,
dado que la situación actual produce daño tal como si se abriera,
indiscriminadamente y sin gravamen alguno, la importación de productos que se
fabrican en el país.
Regular a las plataformas significaría, en primer
lugar, eliminar las asimetrías que existen entre los distintos actores de la
cadena de valor del audiovisual, impidiendo a los más poderosos imponer su
voracidad e implicaría, en consecuencia, otorgar a los creadores las
herramientas necesarias para que puedan ejercer su legítimos derechos.
Cabe aclarar que esta situación no sólo comprende lo
económico y legal, también afecta la identidad cultural de nuestro pueblo. No
proteger a quienes son más vulnerables es, en sí mismo, un atentado a la
cultura de hoy, pero sobre todo a la que nos espera en el futuro. Nada quedará
si el Estado no cuida a sus artistas.
ARGENTORES, firme en la defensa de los derechos
morales y económicos de autoras y autores argentinos, está empeñado en
conseguir, de manera urgente y necesaria, esta regulación por parte del Estado
Nacional.
Sabemos que ese es el camino para lograr que autoras y
autores puedan cobrar por la utilización de sus obras - que no es otra cosa que
su salario por ser trabajadores y trabajadoras de la cultura - como les
corresponde por ley y así terminar de una vez por todas con la ilegalidad a que
nos vemos sometidos.
El jurisconsulto romano Ulpiano dijo hace más de
diecisiete siglos “Justicia es dar a cada uno lo suyo”. Regular a las
plataformas internacionales para que cumplan las leyes a las que estamos
sometidos todos los argentinos y argentinas, no es ni más ni menos que eso.
JUNTA
DIRECTIVA DE ARGENTORES