Tras
alunizar el 11 de diciembre de 1972, los astronautas de la NASA, Eugene Cernan
y Harrison Schmitt, recogieron rocas y polvo de la superficie lunar. Un nuevo
análisis de esa muestra detectó cristales de circón y determinó que tenían
4.460 millones de años. Los cálculos anteriores estimaron que la Luna, formada
por una colisión celeste masiva, tenía 4.425 millones de años.
Los
resultados se publicaron este lunes en la revista académica Geochemical
Perspectives Letters.
"Estos
cristales son los sólidos más antiguos hasta ahora conocidos que se formaron
tras el impacto gigante. Y como sabemos la antigüedad de estos cristales,
sirven de anclaje para la cronología lunar", afirmó en un comunicado
Philipp Heck, autor principal del estudio y conservador Robert A. Pritzker de
Meteorología y Estudios Polares del Museo Field de Historia Natural de Chicago.
Los primeros
días de nuestro sistema solar, cuando la Tierra aún estaba formándose y
creciendo, fueron caóticos, con cuerpos rocosos que colisionaban a menudo en el
espacio. Según los investigadores, en esa época, hace más de 4.000 millones de
años, un objeto del tamaño de Marte chocó contra la Tierra, arrojando un gran
trozo rocoso que se convirtió en la Luna. Pero los científicos han tenido
dificultades para determinar con precisión la fecha de este acontecimiento
crucial.
La energía
del impacto del objeto del tamaño de Marte contra la Tierra fundió la roca que
acabaría formando la superficie lunar.
"Cuando
la superficie quedó fundida de esa manera, los cristales de circón ya no podían
formarse y perdurar. Por tanto, los cristales de la superficie lunar debieron
formarse después de que se enfriara el océano de magma lunar", explica
Heck, que también es director del Negaunee Integrative Research Center del museo
y profesor del departamento de Ciencias Geofísicas de la Universidad de
Chicago.
"De lo
contrario, se habrían fundido y sus firmas químicas se habrían borrado".