“La inspiración de esta idea viene de
Francia, donde, cuando vas a la farmacia y pides la mascarilla número 19,
puedes indicar que eres víctima de un abuso”, declaró, en entrevista con la
AFP, esta estudiante de liceo de Varsovia.
La joven estima que Polonia necesita
también una especie de código durante la pandemia, cuando familias permanecen
encerradas 24 horas bajo el mismo techo, con importantes riesgos de estrés y de
violencia.
Durante el primer confinamiento, el
Centro para los Derechos de las Mujeres, una oenegé polaca, registró un aumento
del 50% de las llamadas a su número de emergencia que ofrece apoyo en caso de
violencia doméstica.
La Organización Mundial de la Salud
(OMS) también observó un aumento de este tipo de agresiones en Europa.
Krysia Paszko creó su tienda Rumianki
i Bratki (Camomilas y Pensamientos) en Facebook en abril de 2020.
Con fotos de jabones de lavanda y
mascarillas de salvia, la falsa tienda parece real.
Pero en lugar de vendedores, al otro
lado de la pantalla hay un equipo de psicólogos voluntarios del Centro para los
Derechos de las Mujeres.
“Si alguien realiza un pedido y da su
dirección, eso es una señal para nosotros de que necesita que la policía actúe
de inmediato”, explica la joven.
Quienes únicamente quieren hablar,
pedirán más información sobre un producto y los psicólogos les harán más
preguntas en clave: “¿Cómo reacciona la piel de la persona al alcohol?” o
“¿Necesita realmente cosméticos para niños?”.
El equipo ha ayudado hasta ahora a
unas 350 personas, proponiéndoles sobre todo asesoría jurídica gratuita y
planes de acción.
Por sus esfuerzos, Paszko obtuvo el
premio a la solidaridad civil de la Unión Europea (UE), una recompensa de
10.000 euros (casi 11.900 dólares) para iniciativas vinculadas al covid.